jueves, 30 de agosto de 2012

Un método extraño y poco recomendable. El mío.









He caído en la cuenta de que tengo un método para escribir, no era muy consciente cuando escribía cosas breves, lo seguía sin mayores problemas sin embargo desde que escribo con mayor continuidad el método se hecho patente y antes que nada no os lo recomiendo, es rocambolesco, muy engorroso y por ende   nada práctico.

Suelo escribir en libretas que voy rellenando sin mucho orden, no tengo una libreta para cada sección ni nada parecido, ahora ya voy más ordenada en esta cuestión e intento no mezclar, por lo menos no tengo que ir pasando hojas y hojas para encontrar lo que busco.

Cuando escribo en papel las ideas suelen fluir a su aire. No me importa tachar, hacer asteriscos, viñetas, notas al margen…en fin todas esas cosas que los que escribís conocéis tan bien, escribo rápido y de forma bastante impulsiva, estas líneas  servirán de guion para el paso siguiente que consiste en pasar lo que he escrito en libreta a Word, en esta segunda etapa es cuando me replanteo lo que ya tengo escrito, corrijo, doy forma a las ideas, amplio y entro en conflicto porque es una fase mucho más laboriosa ¿por qué el conflicto? Porque cada vez que tengo que pasar a Word me pregunto por qué no podré escribir directamente usando el procesador de textos, sería más lógico y mas practico además existe un desfase entre lo escrito a mano y lo que llevo procesado lo que me obliga a regresar al pasado en la historia que lleve entre manos y no siempre tengo ganas, en este momento llevo bastante adelantado la parte libreteril pero muy atrasada la parte informática.








La ventaja de escribir en papel es que puedes hacerlo en cualquier lugar, no te obliga a permanecer delante del pc, que la casa está llena de gente y no puedes trabajar, no pasa nada, coges el cuaderno y te vas en busca de algún lugar que te permita concentración.

 Uno de mis obstáculos o inconvenientes ¿No serán manías? Es que no puedo escribir cuando hay gente alrededor interrumpiendo, tampoco si hay música o está encendida la televisión, preciso cierto aislamiento y también cierto estado de ánimo, mejor sosegada que no de los nervios por asuntos de diversa índole.





Escribo con pluma, tampoco es muy práctico pero es lo que hay, tuve que aprender a escribir usando la pluma, era obligatorio en mi colegio, no se permitían los bolígrafos, estoy acostumbrada y  me gusta a pesar de que me deja tirada alguna vez porque se termina la tinta y   no es de extrañar verme con los dedos manchados de negro o azul cada vez que tengo que cargarla, ya puedo ir con cuidado que siempre termino manchándome.

Ahora ya sé que tengo un método, es espantoso pero es el mío, quizás consiga evolucionar y centrarme en el teclado, la pregunta es:


¿Quiero hacerlo?



No hay nada mejor que reírse de uno mismo.

viernes, 24 de agosto de 2012

De paseo por Veracruz. Méjico




De nuevo os propongo que vayamos de paseo, hemos estado sufriendo olas de calor que nos han achicharrado hasta las entendederas, salir a caminar con 40 grados no es apetecible, parece que las temperaturas van bajando y de todos modos, puesto que se trata de un viaje virtual podemos permitírnoslo.

Mucho he dudado a la hora de vestir a Wendulina para este paseo, va a ser intenso y haremos actividades variadas por lo que llevar un solo conjunto puede ser arriesgado, por lo pronto selecciono un vestido rojo, es un color intrépido y aventurero y servirá para la mayor parte del recorrido, cuando lleguemos a los volcanes será distinto, tendremos que llevar un troley pequeño para llevar algo más apropiado según vayamos a hacer.




La anfitriona en esta ocasión tan especial es Lady Pololos Anne Wentworth que nos propone un paseo por Veracruz, Méjico.

















Hasta ahora nos habíamos quedado en la península pero esta vez cruzamos el charco así que agárrense los pololos porque este viaje empieza en:



3

2

1
























Anne, te agradezco la oportunidad que nos brindas de conocer mejor un cachito de tu maravilloso país, estoy exhausta con tanto trasiego pero radiante ya que toas las paradas son dignas de elogio aunque más que las palabras, en este caso, lo que apetece es observar y no perderse nada, me quedaría en el Aquarium, ¡me encanta!

¡Que poquito me queda para tener vacaciones y que ganas tengo!




domingo, 19 de agosto de 2012

En busca de Alba. Capitulo VI.





Efectivamente, los mensajes eran de Pablo, no tenían una comunicación fluida, de hecho no hablaban pero no dejaba de martillearla con mensajes exentos de significado lógico, se trataba de mensajes breves, frases hechas del tipo “Buenos días” “Buenas Noches” “Qué haces” recibirlos la desquiciaba, al principio respondía, ingenuamente creía que Pablo intentaba un acercamiento pero no era así, Pablo no respondía tan solo seguía esa macabra línea con lo que llegó a la conclusión de que esos mensajes debían de ser una más de las piezas de un engranaje dentro de un plan cuya única finalidad era crearle desasosiego e inestabilidad pero ¿Por qué quería hacerle tanto daño? Le resultaba imposible meterse en la cabeza de Pablo más bien pensaba que había perdido la razón, no conocía a su marido en absoluto, se había transformado en una persona malvada, consideró que los mensajes eran como llamadas de atención como si cada uno de ellos contuviese un único mensaje con independencia del texto y ese mensaje era “estoy aquí, no lo olvides” pero eran solo suposiciones, no existían las certezas y no podía negar que conseguía su objetivo, los mensajes la afectaban, estaba nerviosa, sentía miedo y era un miedo irracional que le impedía pasar página del todo, seguía en su vida de la peor de las maneras, nada más lejos de una relación cordial que era lo que ella deseaba, el se colaba en su vida de un modo rastrero, por la grieta del móvil.





Ensimismada en estos negros pensamientos no se dio cuenta de que Daniel se había acercado a ella y la miraba preocupado.

-Alba ¿qué pasa, estás bien? Te has quedado ausente y tienes mala cara.

Hizo un esfuerzo para integrarse al momento y pudo responder:

-No estoy bien ¡Maldita sea! Pablo sigue enviando mensajes.

La miró atónito.

-Pablo sigue mandándote mensajes ¿Qué quieres decir? ¿Acaso os estáis planteando volver?

Alba sonrió escéptica –No, al contrario, el contacto personal es inexistente no quiere hablar conmigo sin embargo no deja de mandar mensajes, compruébalo tu mismo.

Pablo cogió el móvil que le tendía su amiga y leyó la serie de mensajes que Alba iba guardando en una carpeta.

-Pero esto es absurdo ¿A que está jugando este tipejo? es un  demente, no me extraña que estés de los nervios, esto es un acoso en toda regla ¿Qué piensas hacer al respecto? Deberías denunciarlo o cambiar de número de teléfono.

-No sé qué hacer, intento entenderlo pero por más que me devano los sesos no consigo una explicación racional, como voy a explicarlo si ni yo misma consigo comprender lo que está sucediendo.

-No se trata de entender..Dejó la frase sin terminar, en ese momento Oscar entró con un mantel y los cubiertos en la mano, iba a poner la mesa. Daniel no quiso que escuchase la conversación por lo que siguió bajando la voz –Señorita, tenemos que hablar largo y tendido sobre todo esto-




-La mesa está servida- anunció Oscar en tono triunfal -vaya par de frescos, os dedicáis a cuchichear mientras yo me encargo de todo ¿no pensáis compartir vuestros secretos conmigo?

Daniel salió al quite –Por si no lo sabes nuestra invitada es una flamante heredera, a partir de hoy dispone para ella solita de la casa de la Malvarrosa, tienes que recordarla te la mostré el día que estuvimos dando una vuelta por el paseo marítimo.

Alba miró a Oscar con atención era la primera persona a la que se le anunciaba su nueva situación, tenía interés en ver cómo reaccionaba, era consciente de que se trataba de un hecho singular y desconocía cuál podía ser la reacción de la gente

-¡Claro que la recuerdo! Es una casa soberbia, tiene mucho encanto ¡Vaya suerte, chica! No todos los días tengo el placer de conocer a una señora  con posibles, si me concede el honor de acompañarme a la mesa. 
Se acercó al sofá donde Alba estaba sentada y le ofreció su brazo en tono solemne.

Alba no pudo por menos que reír con la salida de Oscar, Daniel se reía también. Alba se levantó y se cogió de su   brazo y ambos se dirigieron a la mesa como si se tratase de una pareja en la época de regencia.

Una vez sentados a la mesa degustaron los platos servidos sin prisa, siguieron charlando y los acompañaron con un rioja tinto y agua de mesa,.

 Alba no acostumbraba a beber alcohol y pronto sintió los vapores del vino que la situaban en el camino del relativismo pudiendo olvidar esos mensajes que tiraban de ella hacia el pasado, un pasado que aunque reciente quería dejar atrás, conversaba con sus amigos y se sintió afortunada por estar tan bien acompañada, no se lo esperaba, sus últimos años habían sido solitarios, se apoyó en sus dos amigas, Carlota y Reyes, cuando se casó acababa de empezar los estudios universitarios, pidió traslado de matrícula y terminó ya casada, no estudiaban la misma carrera, tanto Carlota como Reyes estudiaban derecho, ella psicología pero una mañana coincidieron el bar de la facultad de letras, compartieron desayuno y a partir de ahí se hicieron muy buenas amigas, estudiaban juntas y conocieron a sus respectivas parejas, era frecuente que saliesen todos juntos o bien se reunían solo las chicas, estas amistades no le acababan de gustar a Pablo que se decantaba más por otros círculos sin coincidir, tampoco, en lo que significaba la amistad para cada uno de ellos, lo de Pablo más que amistad eran relaciones sociales en las que no había confianza y si intereses comunes.

Las tres mujeres se conocieron en una época de muchos cambios tanto a nivel personal como profesional, fueron evolucionado  y se implicaban emocionalmente en todo lo que les sucedía a las demás, por ello compartieron el dolor que esas crisis les trajo, juntas lo gestionaron como mejor pudieron y en cierta medida, salieron reforzadas, se ayudaban y apoyaban ante las encrucijadas que lo ponen muy difícil a la hora de decidir un camino u otro, esto creo un lazo solido entre ellas.

Al terminar la carrera, Alba decidió montar una consulta privada, le  gustaba la psicología clínica y arriesgó, los primeros meses fueron devastadores, no tenía pacientes pero se dedicó a estudiar para ir completando su formación, poco a poco la agenda tuvo anotaciones, empezaron a llegar clientes, algunos por curiosidad al ver la placa en la calle pero la mayoría por el boca a boca, en este sentido la labor de Pablo era destacable, animal social por naturaleza se codeaba con los círculos más selectos de la ciudad, en ocasiones Alba le acompañaba y siempre se sentía orgulloso de ella, de su trabajo y no dudó en recomendarla, la consulta se fue llenando de conocidos de su marido y familiares de estos, la sala de espera parecía la prolongación de uno de aquellos salones en los que las señoras de la alta sociedad organizaban meriendas o desayunos con muy diversos fines sociales, tenía que reconocer que hacían una gran labor, ayudaban a personas que carecían de lo más mínimo, dedicaban a ello, tiempo, dinero y esfuerzo, la agenda ya no tenía huecos libres para dar citas, trabajaba de sol a sol sin descanso aún así supo preservar su pequeño círculo personal a regañadientes de su marido que no veía estas amistades con buenos ojos.

-Y bien_ dijo Oscar ¿Qué piensas hacer ahora que eres una rica heredera? Su voz sonaba sarcástica pero divertida.

-Solo tengo clara una cosa y es que me voy a instalar en la Malvarrosa, esta noche se lo comunicaré a mi familia y vosotros ya estais al tanto, en cuanto recoja mis trastos me instalo, después ya veré, estoy improvisando porque todo está sucediendo con demasiada rapidez y estoy oxidada en cuanto a la toma de decisiones correctas y rápidas.

-No te preocupes, cariño, cuentas con nuestra ayuda, tanto Dani como yo estaremos encantados de ayudarte y no sabes la curiosidad que me suscita ver como reconduces tu vida, voy a estar muy pendientes, suelen ser procesos interesantes, las sendas tortuosas tienen mayor aliciente que las llanas.

Daniel bebió un sorbo de vino tinto y dejándolo en la mesa, añadió:

-Cuando quieras hacemos el traslado, hacemos los viajes que hagan falta, soy todo tuyo  a partir de las seis que es la hora en que cierro el despacho ¡No has traído tantas cosas!

-Lo cierto es que la casa de Pedro está totalmente equipada, dispone de todo lo necesario lo que no tengo claro es qué hacer con todas sus cosas personales: ropa, libros, ordenadores, archivos, etc., solo pensar en abrir sus cajones me produce escalofríos, como si fuese a a vulnerar su intimidad.



 Continuará...


miércoles, 8 de agosto de 2012

En busca de Alba. Capitulo V







El piso de Daniel estaba en pleno corazón del barrio antiguo de la ciudad, el barrio del Carmen, mucho  había cambiado  desde aquellos años en que ella era habitual en esas callejas llenas de pubs donde se rendía culto a la penumbra y a la buena música, por entonces salía con Nacho, un joven que llevaba el pelo largo, rubio, alto con ojos azules y muy guapo.

Nacho vivía para la música, su gran pasión, tocaba la batería y había formado un grupo junto a su gran amigo Gabriel, la novia de Gabriel se llamaba Mari Fé y los cuatro pasaban muchas tardes en el garaje del chalet donde el grupo ensayaba, allí bebían coca cola, cerveza, fumaban algún que otro porro pero  sobre todo hacían y vivían  música Pink Floid, Genesis, Jetrho Tull, Santana, Rollings.. 







Fueron buenos tiempos, era jóvenes y la vida les cegaba con su luminosidad e infinitas posibilidades, interrumpió sus reflexiones, sin casi darse cuenta había llegado al portal de Daniel, tocó el timbre y enseguida  oyó la voz de su amigo que sonó metálica por el interfono.

-         -- ¿Alba?
-         - Si, soy yo, abre.

Subió la vieja escalera de mármol hasta el segundo piso, Daniel ya la esperaba con la puerta abierta y esa sonrisa suya tan franca.

-¡Bienvenida, qué cargada vienes! ¿Has estado de compras?

-Solo he pasado por una librería, por cierto, esto es para ti le dijo Alba al tiempo que le ofrecía el libro envuelto en un bonito papel de regalo de color azul con una cinta en color blanco.

-¿Para mí? No creo haber hecho nada para merecer un regalo dijo Daniel gratamente sorprendido al tiempo que despegaba el celofán del envoltorio.

-Espero que te guste, no lo mereces dijo Alba con sorna pero hoy es tu día de suerte.




El rostro de Daniel resplnadecía, resultaba muy sencillo hacerle feliz, la mujer que consiguiera enamorarlo sería muy afortunada, pensó Alba no sin cierta envidia, era su amigo y le quería demasiado como para tener una relación con él, si hubiesen atravesado esta línea quizás hubiesen funcionado como pareja pero quizás no y ,según le decía su experiencia, su amistad se habría perdido, lo tenía claro, no se arriesgaría a perderle, era demasiado importante para ella, en alguna ocasión lo habían hablado y ambos tenían la firme intención de no romper su amistad, contaban el uno con el otro.

Daniel iba contemplando las ilustraciones del libro de arte y mirando a su amiga dijo –ahora tendré que esmerarme más con la comida, estoy preparando una ensalada alemana y unos escalopines de ternera con guarnición, y no quiero remilgos con la comida, serás una buena chica y comerás con ganas, estás en los huesos.

-No te preocupes, hoy tengo hambre, vengo de la notaria, hoy se leía el testamento de Pedro.

-¡Santo cielo, lo había olvidado! Dijo Daniel dándose una palmada en la frente –Cuéntame ¿Cómo ha ido?

-Supongo que ha ido bien, Dani, Pedro me ha dejado su casa de la Malvarrosa y una buena cantidad de dinero, su expresión reflejaba tristeza y al hablar retorcía la tela de su falda.

-No pareces contenta, cariño, ¿Qué sucede?

-Estoy contenta, Dani, claro que lo estoy pero tengo sentimientos contradictorios, por un lado estoy encantada con la herencia ¡Figúrate! Cuando he salido de casa era una mujer que vivía en casa de sus padres por carecer de vivienda propia y en un par de horas me encuentro con que soy propietaria de una casa esplendida pero para que todo esto haya sucedido Pedro ha tenido que morir.

Alba no pudo contener las lágrimas que rodaron por sus mejillas pálidas.
Daniel se levanto de inmediato y abrazó a su amiga con ternura
.
-Lo siento, Alba, es lógico que te sientas así, has de afrontar la pérdida pero no haces un enfoque correcto, por lo que dices podría decirse que sientes culpa por tu herencia y no debes sentirlo de esa manera, Pedro ha muerto, es un hecho y tenía que distribuir sus bienes, eras su ojito derecho no se iba a olvidar de ti, sus hermanas no hubiesen disfrutado de la casa, ellas viven en Lugo y jamás dejarían su hogar, en cambio tú has pasado mucho tiempo en ella, no me ha sorprendido que te la haya dejado, era lo más lógico.

-Tienes razón, no me hagas caso, con tantas emociones estoy hecha un manojo de nervios dijo Alba mientras se limpiaba las lágrimas con un pañuelo que había sacado del bolso, sonrío débilmente aferrándose a la secuencia lógica de pensamiento expuesta por Daniel.

 -Por cierto ¿Dónde está Oscar?, añadió con clara intención de desviar la conversación en otra dirección.




-Debe de estar al llegar así que vamos a la cocina y me echas una mano con la comida, aún queda por preparar la salsa para la ensalada, le alargó un delantal y se puso a trajinar entre los cacharros.

-Está bien pero me tendrás que ir diciendo lo que tengo que hacer, no se preparar esa salsa.

-Por supuesto, pica en trocitos la patata cocida que hay en ese bol, luego añades mahonesa, el queso que está sobre la tabla de madera, un poco de aceite y un poco de caldo que ha sobrado de cocer la patata, lo has de mezclar todo hasta que se quede con una consistencia fina, ¿lo pillas?

-Eres un cocinero excelente, te veo muy puesto- dijo Alba mientras iba picando la patata -tienes la cocina muy bien equipada por lo que deduzco que cocinas de forma habitual.




-A la fuerza ahorcan, cuando murió mi madre estuve comiendo mucho tiempo fuera de casa o bien compraba cualquier cosa preparada, me di cuenta de que me alimentaba muy mal, echaba de menos la cocina de mi madre y recordé sus viejo libros de cocina, siempre los tenía a mano, le gustaba añadir recetas ¿lo recuerdas? era muy buena cocinera así que me puse manos a la obra, he hecho algún curso de cocina y ¡voila! Soy capaz de preparar cualquier cosa, me gusta y me relaja además como Oscar no tiene ni idea alguien tenía que ocuparse de la intendencia, yo cocino y él hace la compra con la lista que le hago semanalmente, estamos muy bien organizados, si no fuese por mi se moriría de hambre.

Se oyó el ruido de una llave en la cerradura de la puerta de entrada, Oscar acababa de entrar y traía una bandeja de dulces, se dirigió a la cocina y miró a Alba de arriba a abajo con descaro.

-Tú debes de ser Alba le dijo estampándole un beso en la mejilla, estaba impaciente por conocerte, Daniel no habla más que maravillas de ti, que si Alba por aquí, que si Alba por allá.

-Hola Oscar, yo también he oído hablar de ti, por lo pronto sé que no te gusta nada cocinar.

-Vaya Daniel, dijo Oscar mirando a su amigo que seguía trabajando con la guarnición de los escalopines, le estás contando mi parte oscura, espero que no te limites a ella y le hables, también, de mis virtudes.

-Tus virtudes no necesitan presentación, repuso Daniel siguiendo la broma, Alba será la que decida si quiere adentrase en tu fascinante ego ¿no te parece?

-Basta, chicos, es ver a una mujer en vuestro santa sanctorum y empezáis a batiros en un duelo de testosterona, por aquí deben desfilar muchas mujeres, ya debéis de estar acostumbrados.

-¡Que más quisiéramos!, ni Oscar ni yo nos comemos un colín, estamos hechos unos ermitaños y no es por falta de ganas, pero cada vez se pone la cosa más difícil, ninguno de los dos esculpimos músculos y trabajamos como enanos, estamos mayores y hemos perdido practica.

-Habla por ti, yo me siento en plena forma y la presencia de Alba me resulta muy estimulante, dijo Oscar en tono de flirteo.

Alba  se estaba divirtiendo de lo lindo, se sentía la reina del baile y era una sensación que no experimentaba desde hacía tiempo, miraba a Oscar a hurtadillas mientras se afanaba en mezclar bien los ingredientes de la salsa, era un hombre moreno, no muy alto, de complexión fuerte pero no grueso, le llamaron la atención sus ojos, los tenía pequeños, inquietantes, de mirada azul grisácea y muy  fría, en contrapunto su boca era carnosa y sensual, sin duda debería de ser un hombre apasionado a pesar de que no parecía fácil llegar a él, quizás se tratase de esa clase de hombre misógino que miran por encima del hombro a las mujeres por considerarlas inferiores. 


Sabía por Daniel que era ingeniero informático y que vivía en su piso no tanto por necesidad sino más bien por desidia, montó su propia empresa y se había labrado una merecida reputación, eran malos tiempos y el trabajo escaseaba pero no le faltaba aunque le dedicaba muchas horas, sus clientes esperaban un producto fiable y competitivo y  Oscar tenía las jornadas  ocupadas resolviendo los problemas que iban surgiendo en la aplicación de los programas que preparaba a medida de las necesidades empresariales de sus clientes, trabajaba desde casa, había montado su despacho en una de las habitaciones del piso de Daniel, no recibía muchas visitas, allí tenía montado su laboratorio,  el trabajo de campo lo hacía en las empresas que requerían su servicio profesional.




Llevaba un pantalón vaquero de color negro y una camisa de rayas grises y blancas, un sweater negro alrededor del cuello, era evidente que no tenía frio, los músculos se adivinaban a través de la loneta del vaquero, no parecían músculos forjados en gimnasio más bien al aire libre, quizás montase en bici o practicase jogging, sus manos eran grandes y sus dedos largos y bien formados, llevaba las uñas cortas y muy limpias, le parecieron muy masculinas.

Se sorprendió a sí misma con este análisis tan hormonal, le gustaba lo que veía y presintió peligro, no quería meterse en zona de riesgo, era el compañero de piso de Daniel, su mejor amigo y sin embargo fantaseo con la idea de que tampoco Oscar le quitaba ojo, era como si ambos sintiesen una atracción que estaba por encima de su parte racional -¡pero, qué demonios, Alba! Ya va siendo horas de que tus hormonas empiecen a funcionar, no querrás quedarte en un estado de sopor virginal en resto de tu vida- pensó al tiempo que sintió como sus mejillas empezaban a teñirse de color carmesí, ¡Maldición, las hormonas, otra vez! Casi metió la cabeza en el mortero donde no dejaba de dar vueltas a la salsa a pesar de que ya hacía rato que había logrado una textura adecuada.

Mientras tanto ambos hombres conversaban en la cocina y repartían las tareas que faltaban para terminar la comida.

-Pon la mesa, Oscar, por si no te has dado cuenta tenemos una invitada y la tenemos trabajando.

Daniel echó un vistazo a la salsa que rebosaba abundante y cremosa en el mortero, se mojó el dedo índice y lo saboreo.

 –Ni yo lo hubiese hecho mejor, ya has hecho bastante, cariño, sírvete una copa de vino y siéntate en el salón, entre los dos terminamos con esto y servimos la mesa.







Alba se arrellano en el sofá que estaba frente a uno de los balcones del salón, el sol lucia tímidamente y sus rayos le hicieron sentir tibieza, eso y el vino que le calentaba la sangre, siguió pensando en las sensaciones que Oscar le había despertado ¿Cuánto tiempo hacía que no quedaba con un hombre, que no sentía el calor de unas manos que explorasen su cuerpo con destreza?
Escuchó la vibración del  móvil en el bolso que  abandonó en el sofá cuando llegó, de inmediato se tensó, por un momento había olvidado el temor que ese sonido le provocaba, vaciló cuando alargó la mano para cogerla ¡Allí estaba!  Sintió el batir de unas alas, el cuervo negro había regresado para impedir que le llegase la tibieza del sol, el cuervo la acompañaba desde que se separó de Pablo y siempre la encontraba por mucho que se escondiese.



Continuará...






lunes, 6 de agosto de 2012

El largo, cálido y estridente verano.




Y el sr verano llegó, como siempre, apabullando con su enorme bola de fuego y trae de la mano ventanas abiertas, calor, insectos, y gritos muchos gritos de niños con pataletas , cada verano se caracteriza por unas cosas y este, en el que estamos inmersos, se está caracterizando por la mala situación económica ,por los recortes, por el temido rescate al que veo llegar en breve por más que los del PP no se atrevan a reconocerlo en sus comparecencias públicas, por los incendios que se van sucediendo a lo largo y ancho de nuestra geografía y que me hacen preguntarme ¿por qué este año con especial virulencia?, por las largas jornadas de trabajo en las que el mérito principal se está convirtiendo en salir airoso del mal humor, justificado, de los usuarios que padecen una asistencia precaria debido a que no hay suficiente personal y el poco que resiste se ve incapaz de llegar a todo a pesar de que no se toma un respiro en las doce horas que de agonía que son las que tienen las guardias,- No, señor- , les decimos, esta medicación no la sirve el hospital, tiene que traerla de casa y la pobre victima receptora de la información, se queda estupefacta porque son las dos de la madrugada y lleva todo el día en urgencias sin saber que va a ingresar, en ese tiempo que ha permanecido en urgencias no se le ha dado ningún alimento y cuando sube a planta tampoco se le dará nada porque el catering, cada vez más precario y asqueroso, no funciona a esas horas. –Intente comprar algo en las máquinas expendedoras o bien intenté encontrar alguna cafetería abierta- y me muero de vergüenza cuando se lo digo y –no, no hay almohadas- y ¿siente dolor? Tendrá que esperar un poco a que pueda revisar su historia, antes he de revisar otras tantas que me han solicitado alguna cosa y a las que, aún , no he podido atender porque están pasando visita y los facultativos, en su gran mayoría residentes, deciden pedir analíticas urgentes cuando las podían haber podido solicitar programadas sin necesidad de sobrecargar la jornada, no se puede atender lo programado y lo urgente cuando esto último es excesivo  e innecesario, tienen que aprender, eso es cierto, pero no veo necesario que lo hagan jorobando al prójimo y a decir verdad cuando llega el momento en que realmente es necesario una buena praxis no se puede contar con ellos porque no tienen ni idea y se bloquean sin saber qué hacer y a lo más que llegan es a solicitar nuevas exploraciones urgentes cuando el paciente se nos va porque está en situación crítica y no hay adjuntos porque no les pagan más que guardias domiciliarias y yo me sigo muriendo de miedo por el paciente y por mí que soy la que está la primera linea del frente y, en ese momento, siento la necesidad de tejer un capullo con hilos de seda para refugiarme en su interior.





Al llegar a casa necesito soltar lastre porque su peso me hunde y me quedo en silencio disfrutando de la brisa que me proporcionan las ventanas y balcones de par en par pero mi dicha dura poco porque ahí están los gritos, pataletas de niños que no cesan de bramar y me sigo haciendo preguntas ¿Dónde están sus padres? ¿Acaso se han quedado sordos? Mi hija creció y lo hizo en un tono normal y no ofensivo para los oídos ajenos, fue niña y tuvo conatos de pataletas pero le enseñamos que esa no era forma de conseguir las cosas y aprendió rápido y hoy es una persona educada que sabe respetar al prójimo, no fue tan difícil ¿por qué tengo que aguantar las pataletas de su niño absolutamente desquiciado y descontrolado? Me gustan los niños pero este verano les huyo pero no se trata de ellos se trata de sus padres que permanecen impasibles mientras sus retoños gritan alrededor de las mesas de la heladería donde nos hemos sentado con la intención de pasar un rato agradable y que, por supuesto, no será así.





Bajo a la calle para dar un paseo, llevo a mi perrita y por supuesto llevo bolsas para recolectar sus excrementos, conforme avanzo voy viendo como las aceras y los jardines están minados y me sigo preguntando ¿vale la pena que yo sea tan correcta y puntillosa? ¿Se nota un grano de arena en medio de un desierto? Prefiero no responder porque si lo hiciese dejaría de llevar bolsitas recolectoras y no soy capaz de involucionar a este punto.






En fin, estoy con necesidad de vacaciones y como las tengo en septiembre espero gozar de un poco de paz, los niños gritones volverán al colegio y sus padres al trabajo, quizás guarden sus camisetas y pantalones cortos y  horteras que apenas cubren sus magros cuerpos y me sigo preguntando…. –Para de preguntar- no te gustarán las respuestas.

Vuestra compañía es de uno de los reductos de este extraño y asqueroso verano junto con los libros, mis cuadernos, mí pequeño jardín, mi pluma mis pinceles y dibujos, gracias por vuestra educación y respeto.

Necesitaba gritar aunque fuese en silencio.

Imágenes tomadas de Internet.


viernes, 3 de agosto de 2012

En busca de Alba. Capitulo IV





Se dirigió a su dormitorio y recogió el bolso en el que metió la agenda y un pequeño paraguas plegable, la mañana amenazaba lluvia.

Se dio una última mirada en el espejo, se había puesto una camisa blanca de seda y una falda recta por encima de la rodilla  que le marcaba la estrecha cintura, el fondo era de color negro y la tela tenía un estampado de flores discretas en tonos marfil, cereza y verde, había combinado unos leotardos  de lana  fina y botines de tacón en color negro, se abrigó el cuello con una larga bufanda que enrolló de modo informal, cogió un abrigo de paño en color cereza, vaciló sobre si debía de llevar un abrigo negro pero no iba de luto y podría parecer que jugaba ese papel, no le pareció correcto.

El autobús la dejó al principio de la calle de la Paz y la notaría estaba al final de la misma, se trataba de un paseo pero le gustaba caminar y así lo hizo sintiendo el estimulo del frio en sus mejillas, llevaba guantes en las manos y no llovía, conforma avanzaba iba deteniéndose en algún que otro escaparate, se trataba de una calle muy comercial y había algunas tiendas que le encantaban como una que había descubierto hacía poco, se llamaba Soins de thé y estaba especializada en tés, cafés, chocolates y otras delicatesen, la decoración estaba muy cuidada y  le recordaba a las antiguas colonias, era temprano y estaba cerrada pero se deleitó contemplando el   escaparate y se prometió regresar para comprar té, le gustaba prepararlo en infusión, nunca usaba bolsitas.



Soins du thé

A pocos metros encontró el portal donde estaba la notaria, al entrar en el hall vio a las dos sobrinas de Pedro que ya esperaban de pie en el centro de la estancia, las saludo con cariño, las conocía desde hacía tiempo, no iban con frecuencia a visitar a Pedro porque no les gustaba viajar pero un año pasaron con él las fiestas de Navidad y tuvo ocasión de tratarlas, eran las hijas del único hermano de Pedro, estaban solteras y adoraban a su sobrino, habían ayudado a criarlo, su madre no tenía buena salud en cambio ellas eran un dechado de la misma, su carácter era tranquilo, no hablaban demasiado cuando estaban con desconocidos, era reservadas pero si cogían confianza se volvían locuaces y eran muy simpáticas, aquellas Navidades, Alba estaba de vacaciones y pasó bastante gran parte de las mismas  con ellas, se hicieron cargo de la cocina inmediatamente, querían cuidar a Pedro y no dejaban de rezongar –Estás hecho un asco, a saber lo que comerás , te hacía falta cocina casera y sana-  la pobre Amalia que era una especie de ama de llaves  y  se ocupaba de la casa y la cocina de forma magistral llegó a enfadarse con la actitud de las dos buenas mujeres y tuvieron sus más  y sus menos con gran deleite por parte de Alba y con preocupación por parte de Pedro que temió que Amalia cogiese la puerta y se marchase con viento fresco, opto por una solución diplomática, la convenció de que esos días se los cogiese libres, a fin de cuentas estaban en Navidad y también le gustaría pasarlas con su propia familia, argumentó,  no fue fácil convencerla no quería abandonar al “señor” en unas fiestas tan señaladas y mucho menos con la casa llena de invitados, que si patatín, que si patatán..
Amalia descansó en Navidades y sus tías tomaron, literalmente, posesión de la cocina pero hubo paz.

Vivían en Lugo, la ciudad natal de la familia Miralles y desde allí se habían desplazado la tarde antes para asistir a la lectura del testamento , también  visitaron con frecuencia  a su sobrino  cuando estuvo ingresado, vestían completamente de negro, parecían dos pájaros de mal agüero, pero así eran ellas, muy tradicionales pero sobre todo muy buenas personas, enterrar a su único sobrino había sido un duro golpe para ellas, era su única familia y le querían como un hijo, Pedro se portaba muy bien con ellas y ya en vida les cedió la gestión de los pisos del edificio en el que residían, en uno de los pisos tenían su casa y arrendaban el resto, eran seis en total con lo que subsistían de forma holgada, llevaban la gestión de la finca con exquisito rigor y no lo molestaban detalles engorrosos, todos estaban muy satisfechos con esta situación.




El oficial se dirigió a las tres mujeres indicándoles la sala en la que iban a ser atendidas, estaba presidida por una gran mesa ovalada alrededor de la cual tomaron asiento, el notario no tardó en entrar, lo hizo por una puerta contigua, Alba se tensó, el momento había llegado, tras los saludos de cortesía y la comprobación de la identidad de las tres, procedió a la lectura del testamento, durante media hora no se escuchó más que la voz del notario que en tono profesional fue desmenuzando los entresijos del documento, dejaba a sus sobrinas todas las propiedades que poseía en Lugo, el edificio y unas fincas de cultivo y a Alba le dejaba la propiedad de la casa de la Malvarrosa y 30.000 euros.

Las tres mujeres se mostraron conformes con la voluntad del finado , a la salida Alba les preguntó si querían tomar un café con ella, estaban apenadas y sin ganas de charla, respondieron que no, tenían que coger el tren en un par de horas y querían ir al hotel a recoger la maleta, tenían ganas de llegar a su casa y les esperaba un largo viaje, se despidieron con la promesa de visitarse mutuamente cuando tuviesen ocasión y le hicieron prometer que iría a saludarlas en Navidades y cuando tuviese vacaciones.



"Die-testament ung Josef Dauhauser


Alba salió de la notaria aturdida, de la noche a la mañana se encontraba con que era propietaria de una magnifica casa en la zona que más le gustaba de la ciudad, le parecía un sueño y además contaba con una cantidad de dinero que le parecía una fortuna en aquellos momentos en los que se encontraba sin trabajo y sin un lugar propio donde vivir, de inmediato llamó a su madre:

-Mamá, Pedro me ha dejado la propiedad de su casa y una cantidad de dinero.

-¡Alba, cuanto me alegro por ti! No me sorprende hija, te querías como si fueses su hija, siempre ha velado por todos nosotros pero en especial por ti, tendrás que pensar qué hacer con todo ello, vender la casa ¿quizás?

-No, mamá, no quiero vender la casa, estoy unida a ella y me parecería una traición a Pedro, creo que me voy a instalar a vivir allí, pero no me hagas muchas preguntas, estoy en estado de shock por la sorpresa, necesito tiempo para organizar mis pensamientos y procesar las novedades, aún está muy reciente su muerte  y no puedo alegrarme.

-Claro, hija, no te agobies, es lógico que te encuentres aturdida, tienes otra realidad y con el tiempo sabrás que hacer con ella, te vemos esta noche, tu hermana vendrá a cenar, ha llamado por si había alguna novedad y ahora te dejo para contarle a tu padre que lo tengo al lado y no deja de preguntar, quiere quitarme el teléfono.

Alba, soltó una carcajada imaginando a su padre manoteando por quitarle el teléfono a su madre –Está bien, cuelgo, nos vemos esta noche-.








 Miró el reloj, no había quedado con Daniel a una hora determinada pero aún era pronto, iría paseando y aprovecharía para entrar en una librería quería comprarle un detalle y un libro de pintura le pareció buen idea, era un gran aficionado al arte y da la pintura en particular, al mismo tiempo aprovecharía para comprar alguna novela, no tardó en encontrar una librería que tenía un gran escaparate donde se exhibían las novedades , a ambos lados de la puerta unas isletas con ofertas de lo más variopintas, biografías, tebeos, comics, vinilos, había de todo un poco y se entretuvo curioseando, no eligió nada en aquella sección y pasó al interior  donde siguió curioseando en las estanterías, fue cogiendo libros de aquí y de allá, fijándose en las ilustraciones de las portadas, leyendo sinopsis, seleccionó un libro de pintura del siglo XIX para Daniel, estaba muy bien encuadernado y contaba con unas ilustraciones de gran calidad, después se dispuso a elegir alguna novela para ella, se sintió atraída por una portada que en diversos tonos de azul recortaba la silueta de una mujer con un elegante sombrero, parecía salir de una tormenta, se titulaba Miss Emily y estaba firmada por Elizabeth Bowman, una autora novel, leyó la sinopsis, se trataba de una novela de romance y misterio, le pareció perfecta.



Miss Emily de Elizabeth Bowman.



Era gran amante de la novela romántica del siglo XIX , había leído todas las obras de los escritores clásicos y en especial las de Jane Austen, hermanas Bronté, Dickens, Byron… no estaría mal inyectar a su vida un poco de romanticismo aunque fuese a través de las páginas de una novela, no todo iba  a ser tristeza y preocupación,cogió dos novelas más y salió de la librería satisfecha con sus compras, paladeó ese momento de placer que le proporcionaría la lectura de sus nuevos libros.

Pensó en Oscar el compañero de piso de Daniel ¿Cómo sería? Pero para qué pensar en ello, en unos minutos tendría ocasión de conocerlo.


 Continuará..


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